jueves, 11 de junio de 2009
APENAS UN FOTOGRAMA DE LA VIDA DE MATEO ROJAS
Mateo Rojas es una de las pocas pero grandes muestras de talento surgidas de Quequén (provincia de Buenos Aires), lugar donde las oportunidades pocas veces tocan el timbre a la hora de la siesta, hoy con 31 años es uno de los directores que se ha ganado un merecido lugar entre la gente que pone el ojo al servicio de los deportes de acción. Con el reconocimiento legítimamente ganado por Hermanos 2, este surfista – director (dos en uno y en envase chico) no pierde el tiempo y proyecta lo que vendrá.
En una interesante charla, este amigo de la casa Surfpress cuenta sus orígenes y sus próximos objetivos al comando de su cámara. Pasado y presente de este hombre que no olvida sus orígenes. Un pequeño fotograma de la vida de Mateo Rojas.
“Básicamente creo que desde chico siempre estuve rodeado de arte en mi casa, somos 6 hermanos y mis hermanos más grandes hicieron que me crie alrededor del deporte, la música, la pintura y el cine. Cuando tuve que decidir a que dedicarme al terminar el secundario, fue algo que encontré y me parecía muy expresivo. Lo veo como un juego que me mantiene vivo, poder dedicarme a algo que lleva un proceso creativo me hace muy bien”.
¿En qué momento de tu vida aparece el surf?
A los 11 años en el colegio conocí un amigo que su papá tenía un taller de resina de plástico a orillas del Río Quequén, arreglaba kayaks, botes, barcos, piletas de fibra y obviamente las pocas tablas de surf que en esa época había en Necochea, para lo que es hoy eran muy pocas. Ya pasaron 20 años uhh… Que viejo estoy (risas), la cuestión es que yo andaba en skate y cuando Nacho Borda me dijo que tenía una tabla me invito a cruzar el puente e ir a Quequén a probar el surfing, desde ese momento nunca deje de surfear.
¿Cómo es que llegás a trabajar en la productora Mundo Zero?
Antes de trabajar filmando surfing trabajaba en la industria de la televisión de aire, precisamente en Pol-ka la productora de Adrian Suar, lo hice durante los 3 años que estudié en Baires, ahí conocí un amigo que me conectó de Nico Nervi quien me invitó a unir mis dos pasiones: el surfing y la filmación.
¿En qué quedó el proyecto Libres del Sur?
Libres del sur es un concepto que tenemos claro la banda de amigos que desde hace 20 años estamos en Quequén soñando lo mismo, por momentos cada cual está con sus movidas en diferentes lugares del mundo, pero en el fondo hay una energía de unión que sigue existiendo, hicimos un video con ese nombre y está latente siempre.
Coming soon más de Libres del Sur.
¿Dame tres buenas razones para instalarse en Quequén?
Hay buenas olas, es donde vive mi familia y mis amigos, y es el lugar donde me crié.
¿Cómo hacés para vivir en el Buenos Aires infernal?
Laburamos con un equipo de trabajo muy copado, gente que aprecio y conozco hace mucho, trabajar en equipo está muy bueno. El surfing es individual y complemento trabajando con el team. Además viajo mucho, mínimo 6 o 7 surftrips al año más la temporada de nieve, no me puedo quejar.
¿En qué lugares te formaste?
Terminé el secundario en Necochea, después me fui a Buenos Aires a estudiar producción de medios audiovisuales y cuando terminé la carrera me fui un año a estudiar inglés a San Diego, California donde aproveché para hacer 2 seminarios.
¿Qué análisis podés hacer del crecimiento de los deportes de acción? ¿Pensás que sigue siendo una moda como fueron a mediados de los noventa, o considerás que vinieron para quedarse definitivamente?
Los deportes entre equipo datan de las guerras, dos rivales intentando derribar el uno al otro, los deportes de acción tienen que ver más con la superación de uno mismo y la conexión con el medio, los veo ligados más a algo espiritual, como una meditación. No creo que sea una moda, es como el yoga… Son cosas que le hacen bien al ser humano y cada vez más gente se da cuenta de eso, más con la locura que se vive hoy en día, el que lo entiende y lo siente realmente no lo deja.
¿Cuánto tiempo de rodaje llevó Hermanos 2?
Estuvimos un año filmando y un año post - produciendo, fueron 5 viajes de 15 días, costaba coordinar que todos los surfers puedan estar, en total fueron 2 años de trabajo.
¿Cómo viviste la participación de Hermanos 2 en el festival de Newport Beach y que significa para vos en tu carrera?
Hermanos 2 quedó seleccionada para 4 festivales, el de Newport es el más grande y la satisfacción es 100% profesional, realmente económicamente no te dan dinero por estar ahí, pero el proceso de selección es muy exigente y lento, evalúan muchas cosas para poder decidir si van a proyectar tu película o no. Estuve dos meses esperando y cuando me dijeron que querían Hermanos 2 fue una felicidad inexplicable. Me motiva a seguir haciendo documentales que es lo que me gusta y para lo cual me formé.
¿Cuál es la película que te gustaría filmar y por qué?
Me gustaría filmar una historia de surf en las Islas Malvinas, un territorio originalmente argentino que nos robaron, escuché que hay buenas olas allá abajo, estoy trabajando para ir. Me perece interesante y tengo un buen guión para hacer un documental.
Viajando tanto por suelo latinoamericano, ¿pasaste algún mal momento?
Lo peor que viví no fue en Latinoamérica, fue en Bali cuando en el 2002 pusieron la bomba en el Sari Club, murió mucha gente y fue como estar en medio de una guerra. Quedé varado en la isla por unos días sin poder irme, una experiencia muy movilizadora, esas cosas que te fortalecen al final de cuentas, pero que igualmente no le desearía a nadie.
¿En qué punto la crisis sentís que afecta a nuestra industria y cuántos se aprovechan de la cosa para poner excusas?
La industria textil está realmente afectada, el comercio está muy frenado y las importaciones muy trabadas, creo que hay que ganarle la pulseada y no dejarse caer, producir en Argentina y trabajar más duro que nunca.
¿Qué surfista latino considerás que merece una película propia y por qué?
Me gustaría que Martín Passeri tenga su película, lo conozco hace mucho, conozco su historia, como luchó y lucha por sus logros, ya lo hemos hablado y espero pronto poder concretarla. También Francisco Bellorín, aunque le falta crecer un poco, tiene una historia muy interesante, es de un pequeño pueblo de pescadores, él es pescador de muy escasos recursos, no para de ganar campeonatos y todavía es Junior.
¿A qué director tenés como referente?
Hay varios que me gustan como trabajan, últimamente estoy viendo mucho cine latinoamericano, Fernando Meirelles (el director de Ciudad de Dios) me parece que tiene una manera de representar las cosas alucinante, utiliza mucho el montaje y el sonido para situarte donde quiere. También el director mexicano Carlos Cuaron (el director de Rudo y Cursi) me gusta cómo trabaja el humor y las puestas de cámara. Hay un crecimiento muy grande de directores latinoamericanos en los que tengo el foco.
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